Aceptar que te maten un día,
y que ese día puedas
pronunciar una palabra,
ser escuchado o ser leído,
con tu propia sangre tener respiro
para escribir palabras como
te amo, vida, paz, amor, perdón
y que tu espíritu se vaya con Dios
que ese día de tu muerte sepas
que ni el asesino te pudo matar
y que tu sangre no se secó en el piso
Llegó a la gloria y dio de beber al sediento
Llenó de amor al odiado
y libró las armas de los niños
si la muerte repara todo daño
que maten a todos los seres humanos
en este mundo se hace vida viviendo
y se hace tumba muriendo.
Wilfredo fuentes
1 comentario:
Muy inspirado y filosófico. La foto se compagina muy bien con el texto (es como una gran cruz, perforada por una ventana de esperanza). Muy acorde con los tiempos que se viven.
Felicitaciones !!
Manuela
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